Desnudos al alba
acaricia el sol,
acarician mis dedos,
tu piel suave y dorada.
Me acarician tus labios,
a la luz del alba,
encienden mi alma,
recorren mi espalda.
El deseo nos mira,
sonríe y se instala
entre los cuerpos desnudos,
ante la piel que clama.
Y en suspiros y gemidos,
en el fragor de las sábanas,
estallan nuestros sentidos,
a la luz del alba.
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