24/4/16

Nueva sensación



Alba se acercó muy lenta, con los ojos clavados en los suyos y una sonrisa en los labios húmedos y brillantes. Tomó su cara entre las manos, y le dio un apasionado beso en tanto una de ellas descendía a su pecho.
-¿Qué sig...
La voz se le quebró al sentir el firme pellizco sobre su pezón, la inmediata respuesta de este intentando romper la tela de la camiseta y la oleada de calor que la invadió humedeciendo, a la vez, su sexo. Cerró los ojos y abrió la boca en un gemido. Volvió a sentir los labios de Alba sobre los suyos, sus manos acariciándola toda y los dedos perdiéndose por la vulva totalmente empapada.
Para cuando quiso darse cuenta, estaba desnuda sobre el césped con la lengua de su amiga recorriendo el cráter de su sexo milímetro a milímetro. Se dejó ir. Nunca había sentido aquellas sensaciones, aquella intensidad. Notaba las caricias llegándole hasta lo más íntimo, hasta rincones que no conocía. Las oleadas de placer la sacudían una tras otra. Su vagina era fuego y un constante fluir de jugos que acababan en la boca de Alba. Una inmensa bola de calor ascendió a su cerebro. Arqueó el cuerpo tensando cada músculo, braceó en el aire buscando una nada a que agarrarse y, con un profundo gemido, explotó en el más intenso orgasmo que jamás había gozado.

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